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Estados Unidos y su papel en el futuro de las exportaciones del vino español


España, pese a ser el primer viñedo del mundo con 941.086 hectáreas, el 13% del total mundial, somos el tercer productor mundial de vino y el segundo exportador en cuanto a volumen se refiere. Además, de las cerca de 4300 bodegas que existen en España, el 71% de estas son exportadoras y nuestros vinos se venden en 189 países, según cifras de la Federación Española de Vino. Dentro de esos 189 países a los que exportamos nuestro vino, los más relevantes son Reino Unido en cuanto a volumen y Estados Unidos en cuanto a valor.


Pese a que en los últimos años las bodegas se han decantado por mercados Latinoamericanos y asiáticos, Álvaro Giménez, CEO de la consultora especializada en internacionalización, Giménez & Sigwald Wine Associates, revelaba las ventajas del mercado estadounidense frente al resto. Estados Unidos importó vino español por valor de más de 400 millones de dólares, aumentando en un 30,32% respecto al año anterior. Este mercado ofrece un gran margen de crecimiento, ya que el vino español solo representa el 5,8%; además, “el cliente estadounidense busca establecer una relación duradera, lo que aporta fidelidad y visión de futuro”, asegura Giménez. El consumidor americano posee una gran cultura del vino, por lo que posicionar el vino español es mucho más fácil dado el grado de apreciación del buen vino.



Numerosas fuentes del sector prevén que las exportaciones de vino a Estados Unidos superen los 1.000 millones en cinco años. Además, esta oportunidad será mucho más perceptible entre las bodegas de menor tamaño. Las claves del éxito para conseguir esa cifra de 1.000 millones pasan por la variedad, calidad, personalidad, el tipo de uva y el precio.





Actualmente, el consumidor americano busca innovación y variedad en el vino que toma. Las bodegas españolas, pese a haberse resistido muchas décadas en cambiar, pueden afirmar que producen “vinos modernos”. Ya se sabe de algunos distribuidores que están prescindiendo de las grandes bodegas para comercializar aquellas bebidas de bodegas familiares.


“En España producimos grandes vinos que cuentan con buenas oportunidades en el mercado estadounidense, pero es fundamental saber llegar con una estrategia sólida, con objetivos y públicos bien definidos” - Álvaro Giménez

La calidad es otro de los grandes determinantes de los compradores americanos. Además, son conscientes de que nuestro vino está al nivel del italiano y del francés, siendo considerablemente más barato. El vino español embotellado se vende a una media de los 2,83€ el litro mientras que el italiano asciende a los 3,82€ y el francés a los 6,56€.


Los dos siguientes criterios van de la mano, la personalidad y el tipo de uva. Los vinos con menos madera, pero más aroma, especias o flores convencen al público más exigente. Igualmente, los importadores reclaman un mayor espacio al tipo de uva en el etiquetado, por encima del nombre de la bodega.


Finalmente, el precio, que a pesar de que se está luchando por aumentar, seguiremos teniendo un buen margen de incremento, ya que el consumidor puede absorber un aumento de un euro sin grandes problemas.




Puede que lanzarse al mercado estadounidense siendo una pequeña bodega de vértigo, pero es el momento perfecto. Gracias a la predisposición actual de los importadores, la eliminación de los aranceles impuestos en 2019 por el conflicto comercial y las nuevas plataformas digitales crean un entorno idóneo para que la internacionalización sea exitosa.



 

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